Para llegar al comienzo del camino, nos situamos en la calle Real, entrada principal al casco antiguo del pueblo de la Villa de Santa Brígida, hasta llegar a la calle Muro, punto de inicio del itinerario. Desde la calle Muro, donde se halla la iglesia, se desciende hasta el torreón de luz. Tomamos el sendero empedrado que conduce directamente al cauce del Barranco de Santa Brígida. Una vez allí, ascendemos a través de una vereda para conectar con la calle Francisco Bravo de Laguna. Continuamos por esta vía en dirección N, encontrándonos con el pago de Los Silos, lugar dominado por antiguos graneros o silos (cuevas excavadas en la roca). Observamos las disyunciones columnares basálticas que hacen recordar a "los tubos" de un órgano. Al cruzar el puente, mientras proseguimos por la carretera, volvemos la cabeza hacia atrás y contemplamos el centenario drago de Pino Santo en la orilla de un escarpe del Barranco Alonso. Todo el recorrido se realiza por la carretera asfaltada. A unos 150 metros del puente, en dirección al barrio de Pino Santo, tomamos una vereda a mano derecha que nos lleva a Cruz de Morales, mirador desde donde podemos divisar gran parte del territorio municipal. Aconsejamos, si el tiempo lo permite, tomar algunas fotos, pues las panorámicas son real- mente espectaculares.
Manteniéndonos en la carretera general hacia Pino Santo Alto, encontramos un cruce bien señalizado en el que hemos de tomar la entrada al pago de Lomo Carrión. Subimos por la calzada hacia Lomo Carrión, asfaltada en todo momento. Tenemos como referencia una vivienda. Seguimos de frente hasta alcanzar una desviación a la derecha, Cuesta de las Pitas y, a la altura de la vivienda nº 15, tomamos el atajo de cemento situado a la izquierda de la carretera asfaltada, señalizado con el cartel que indica el camino “p´al Pino". El sendero acaba en el límite municipal de la Villa de Santa Brígida. De nuevo aparecen señales que nos marcan el trayecto hacia Teror, teniendo como referente una cruz de madera junto al camino. Transitamos por la carretera hasta encontrarnos con el cruce de Espartero, a la derecha. Cogemos a la izquierda, pasando delante de la pared norte de la Caldera de Pino Santo, cuyo fondo se encuentra cultivado, y frente a la entrada de una vivienda rural.
El trayecto continúa por la carretera. Observamos un pequeño bosque de eucaliptos a la izquierda, mientras que, a la derecha, vemos pequeñas explotaciones agrarias en bancales. Al llegar a una intersección de direcciones, viramos hacia la derecha (El Faro- Las Palmas). Descendemos hasta alcanzar el pago de El Faro, mientras se divisa la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, con la Playa de Las Canteras y La Isleta.
El Faro es un pequeño asentamiento situado a ambas orillas de la carretera que se inicia con una escuela rural. En otro tiempo hubo una tienda de "aceite y vinagre", conocida como de Luisito y un molino de gofio, ambos en la actualidad fuera de servicio. Llegamos a una especie de hondonada pequeña y suave, donde se aparcan los coches o cambian de sentido. Aquí, a la izquierda, una vivienda nos guía por una bajada con escalones, para conectarnos a una pista de cemento, con una fuerte pendiente, el camino de la Cuesta Falcón. En el fondo del barranco ya se divisa la basílica del Pino. Visualizando el casco de Teror y las cúpulas de su templo, andamos sobre asfalto. Cruzamos el barranco y nos adentramos en la calle El Chorrito. Al ascender, hallamos a la izquierda un parque infantil y una de las afamadas carnicerías del municipio. Siguiendo de frente, entramos en la zona peatonal del casco, que nos guía a la trasera del templo dedicado a Ntra. Sra. del Pino. Esta iglesia acoge en su interior a la Virgen del Pino, patrona de la Diócesis Canariensis. La construcción del templo data del siglo XVIII (1767); con anterioridad, a principios del siglo XVI, hubo una ermita dedicada a la advocación de la propia imagen, que apareció en un pino próximo -de ahí su nombre-. Esta iglesia ha sufrido varias remodelaciones, pues el firme sobre el que está construida sufre problemas de deslizamiento, fracturándose la obra en más de una ocasión. En 1968 y 1969 se realizaron dos profundas remodelaciones, la última de las cuales configuró el aspecto actual de la basílica.
El edificio presenta una cubierta a dos aguas con tejas de estilo canario. En su interior, dispone de tres naves separadas con catorce arcos de medio punto, sostenidos sobre columnas y pilastras.
La fachada tiene tres puertas, una principal y dos laterales, y una torre más antigua levantada con piedra amarilla (material sálico) de las canteras de la zona. El reloj del frontispicio fue donado por el obispo Codina. En los laterales, también hay puertas de acceso al templo e, incluso, en la parte trasera existe una entrada para acceder al camerino de la Virgen, donde se custodian los vestidos y complementos de su ajuar. Las vidrieras y ventanales representan los misterios del rosario.
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