Atención a
los mojones al cruzar los barranquillos. Cuidado al inicio del camino en
los primeros metros de subida, por pendiente acusada y tierra suelta.
Descripción:
Tramo A: Azulejos-Llanos de Ojeda:
El punto de acceso se encuentra en la margen derecha de la carretera
C-819, desde Mogán a La Aldea, en un entrante (los Azujelos), en el que
hay un mojón indicativo. Comienza el sendero ascendiendo en zigzag desde
este punto, encontrándonos al paso grandes piedras, con el barranco de
Ojeda a la izquierda. Siempre en ascenso, llegamos a las Charcas de las
Aneas. Desde allí subimos hasta el Llano de la Bruma, zona de menor
pendiente. El sendero, marcado con mojones, se desvía hacia la izquierda
del Bco. de los Palos, hasta conectar con la pista que se dirige hacia
el Aula de Inagua.
Tramo B: Llanos de Ojeda-Roque de Veneguera:
Caminamos por la pista hacia el E, en dirección contraria al Aula de
Inagua, rodeando la cabecera del barranquillo de los Palos, hasta
alcanzar los Llanos de Ojeda. Atravesamos por estos siguiendo con
atención los mojones que señalan a un pino viejo (el Pino de la Orilla),
que indica el comienzo del sendero de bajada, cubierto de vegetación.
Descendemos suavemente hacia el Lomo de Los Quemados, donde se aprecian
algunos caideros importantes, cruzando algunos barranquillos con llanos y
pendientes. Se puede distinguir el Aula de Inagua, a la derecha, así
como otra vista de los Azulejos y de la ruta 1. Aunque la pendiente no
es muy acusada, en algunos momentos aumenta y es salvada por el zigzag
del camino. Llegamos al Roque de Veneguera, que bordeamos, para
finalizar el trayecto, en la carretera C-819 (Mogán-La Aldea) donde se
encuentra la el mojón indicativo.
Interpretación:
Esta ruta accede por los barranquillos que forman parte de la
cabecera del Valle de Veneguera, al borde SW del Macizo de
Inagua-Ojeda-Pajonales. Se trata de un conjunto montañoso antiguo,
mio-pliocénico (traquitas, fonolitas y basaltos), muy erosionado y
culminado por una crestería o cordillera en dirección E-W, formada por
varios morros o montañas entre los que destacan el Morro de Pajonales,
la Mtña. de Alsándara o Sándara, (punto culminante, 1583 m), y la
montañas de Ojeda e Inagua.
Destacan las vistosas y coloridas rocas conocidas por "Los
Azulejos" que se encuentran en esta zona de la isla (Risco de las
Tederas y barranquillos de los Palos y del Salobre), en mayor cantidad.
En realidad se las puede ver también en otros lugares, definiendo el
borde de la antigua Caldera* de Tejeda (W de Gran Canaria), originada
por el hundimiento del techo del primer edificio volcánico insular y que
posteriormente fue rellenada y reexcavada por otros episodios
constructivos y erosivos respectivamente. El colorido variado de estas
rocas se debe a alteraciones hidrotermales por contacto con agua y
enfriamiento brusco de tobas volcánicas* produciéndose la vitrificación
en distintos colores. De ahí el nombre (M. Trapero, 1999) por semejanza,
de "azulejos" (ladrillos vidriados de varios colores).
Tras un ascenso corto, pero de elevada pendiente, podemos descansar
en una zona muy pulida por el agua donde se forman charcos (Charco de
"Las Aneas"* y "Charco Azul", bastante profundo). Son testigos de la
erosión por escorrentía del Macizo y de la torrencialidad de las aguas,
aunque sean esporádicas. Otro signo de la fuerte erosión que experimenta
esta zona son las pequeñas cuevas (taffonis) que se forman en las rocas
por la acción del viento. Hasta llegar al llano de la Bruma, podemos
ver especies vegetales que han sustituido al pinar (jaras, jarones,
tomillos, taginastes, tabaibas, etc.), allí donde ha sido
sobreexplotado. Una vez aquí, encontramos una buena formación de
escobones, que preceden a la posterior recolonización del Pinar.
Ascendemos hacia los Llanos de Ojeda, observando los primeros pinos.
Son individuos viejos, centenarios de gran porte y de copa achaparrada,
que han perdido la copa cónica propia de los pinos jóvenes. El Pinar de
Inagua, Ojeda y Pajonales es un pinar seco o de exposición Sur. Sus
ejemplares se encuentran dispersos y el sotobosque es prácticamente
inexistente, a la inversa que en el Pinar de Tamadaba, de exposición
Norte. En general, este pinar se encuentra en buen estado de
conservación, debido a que se encuentra protegido por Ley desde 1972
(Refugio Natural de Caza). En 1994 se ampliaron sus límites hasta que se
declaró todo el espacio como Reserva Natural Integral, (Ley 12/1994 de
Espacios Naturales Protegidos) permitiendo sólo su uso científico y,
excepcionalmente, educativo. (Esta ruta no está dentro de la zona
protegida, pasa sólo por el límite). Los criterios de protección
valorados son la conservación del Pinar y de la fauna que en él habita,
especialmente los pájaros Picapinos y Pinzón Azul.Identificamos siempre
Inagua con el Pinar natural. En realidad, en otros tiempos era explotado
para la obtención de madera, carbón, obtención de brea o pez, para el
calafateado de los barcos, recogida de pinocha para cama del ganado,
etc. Todos estos productos se cargaban en bestias (burros, caballos,
mulos), a través de los senderos y veredas por los que hoy disfrutamos
del paisaje. Esto nos hace pensar en la dureza y el sufrimiento del
"trabajo de antes" con el que la población local subsistía, junto con
las labores agrícolas y el pastoreo.
Dejamos los Llanos de Ojeda, y comenzamos el descenso hacia el Roque
de Veneguera, por la zona de Los Quemados y el Lomo de La Palma. A
medida que descendemos van desapareciendo los pinos en favor del
matorral propio del Cardonal-Tabaibal. Además de una preciosa vista de
la rampa de Tabaibales y Veneguera, podemos distinguir perfectamente el
dique que cruza el barranco y del que forma parte el Roque, llamado así
por parecer un monolito característico aislado, sólo que en este caso se
trata de uno de los restos, de gran envergadura, del dique que ha
resistido mejor a la erosión, quedando en resalte. Al pasar junto a él
vemos que está colonizado por vegetación rupícola, cerrajas en su
mayoría.
Longitud: 7,79 km. Duración: 3h 30' aprox. Esfuerzo: bajo-moderado.
VER VIDEO:
Condiciones: Óptimas. Buen estado de conservación, buena señalización
(excepto tramo de Casas de Veneguera a Hoya de la Salvia, por cruce de
pistas). Precaución en las zonas de tierra suelta para evitar caídas.
Descripción:
Tramo A: Degollada de Tasarte - Casas de Veneguera:
Parte el itinerario desde el punto situado en la carretera C-810,
llamado Degollada de Tasarte, en el que se diferencian dos vertientes:
al Noroeste (NW), el Barranco de Tasarte y su caserío, y al Suroeste
(SW), el Barranco de Veneguera.
El mojón o panel indicativo señala el inicio del sendero, al lado del
panel de límite del municipio de Mogán. Después de bajar una pequeña
pendiente, continuamos descendiendo en zigzag, con suaves pendientes, a
lo largo del Lomo del Camino hacia el caserío de La Cogolla. Éste está
formado por varias casas tradicionales canarias entre palmeras. Como
punto de referencia encontramos un gran algarrobo cuya sombra nos invita
a hacer un alto en el camino. Un poco más adelante, se encuentra un
horno de pan bastante antiguo y en buen estado de conservación.
Descendemos por el sendero, abandonándolo al llegar a unas colmenas,
donde se inicia una pista de tierra. Continuamos por ésta, y al pasar
por algunas casas canarias derruidas, se puede ver parte de un dique
volcánico (un filón de magma consolidado que rellena una fisura en el
sustrato) en la ladera derecha del Bco. Sigue el recorrido por pista
hasta llegar a los eriales de los Llanos del Gusano (pendiente un poco
más acusada)y llegamos a un área con fincas de frutales (El Riego, La
Solana). La pista continúa hasta llegar a un almacén delante de una
impresionante cardonera, en el núcleo de las Casas de Veneguera.
Tramo B: Casas de Veneguera - Cruz de Mogán-Mogán:
Desde la pista que parte hacia la Playa de Veneguera, se inicia otra a
la izquierda, donde se encuentra el mojón indicativo. El trayecto está
en buenas condiciones de tránsito y pasa entre algunas casas con
terrenos cultivados. Dejando una pista de cemento a la izquierda,
continuamos recto hasta desviarnos a pocos metros por otra pista a la
izquierda debajo de una casa que dejamos a la derecha y llegamos a una
vereda que cruza una pista que baja al cauce del barranco. La cruzamos y
seguimos a lado de palmeras, tuneras y eucaliptos hasta llegar a una
casa tradicional con techumbre a dos aguas (Huerta Vieja). A unos
cincuenta metros el camino continúa por la izquierda (atención a la
señalización), por donde se llega a un palmeral bastante denso. Más
adelante empeora (abundante vegetación), a la altura de la Hoya de la
Salvia. Luego subimos en zigzag por un tramo claro, empedrado, hasta
llegar a la Cruz de Mogán.
Descendemos hacia Mogán por el Lomo de la Quinta. En algunas partes
el terreno está algo resbaladizo por tratarse de materiales muy sueltos.
Otras, están empedradas y facilitan el descenso. Tras pasar una era el
camino finaliza junto a una casa tradicional y accedemos a una pista
que, cruzando el cauce del barranco, en una zona de fincas de frutales
(mangos, papayos, higos), conecta con la carretera C-812 en dirección a
Playa de Mogán (mojón indicativo frente a la "casa del cura" de
arquitectura tradicional, a unos cien metros de la iglesia de Mogán).
Interpretación:
Este ruta cruza prácticamente en línea recta, desde el Bco. de
Veneguera hasta el de Mogán, atravesando la línea divisoria o cuchillo
entre ambos: la Cruz de Mogán. En la Degollada de Tasarte (inicio),
gozamos de una magnífica panorámica: dejamos atrás, al NW Tasarte y la
Aldea; hacia delante, al SW (Veneguera) observamos la crestería de los
Molinos cuyos topónimos (Cortijo de los Molinos, Corral de...), hacen
referencia al establecimiento en este espacio y en tiempos pasados, de
una de las cabañas ganaderas (cabras), más importantes de la comarca; el
Risco de las Tederas (Los Azulejos); al frente, tras el Lomo de
Veneguera y la Cruz de Mogán, el perfil majestuoso de la Rampa de Tauro
y en el fondo del barranco, primero la Finca de la Cogolla y hacia la
derecha, antes de las Casas de Veneguera unos roques destacados que
forman parte de un dique que atraviesa el barranco desde Los Molinos y
continúa por Los Quemados hacia los Llanos de Ojeda (Inagua).
El itinerario continúa barranco abajo en medio de un frondoso
Cardonal-Tabaibal, con magníficos cardones de gran tamaño. Asociados a
éstos y pareciendo que buscasen refugio crecen los Cornicales. Si nos
fijamos bien tal vez podamos ver la oruga de la Esfinge de las Tabaibas,
alimentándose en las ramas de éstas. Junto a tabaibas y cardones,
crecen muchos arbustillos entre los que destacan los verodes, taginastes
balos, balillos, y tasaigos.
Levantando la vista al cielo, es más que probable poder divisar a los
cernícalos planeando. Pero además, encontramos otras especies vegetales
introducidas y asociadas a la explotación agraria; tuneras y pitas que
se usaban para delimitar las parcelas y algarrobos en la antigua Finca
de la Cogolla, testigo de la ocupación, que desde tiempos prehistóricos y
posteriormente con los primeros colonos agrupados en pequeños caseríos,
ha tenido este enclave. Antes de llegar a las Casas de Veneguera
pasaremos junto a fincas de cultivos tropicales (aguacate y papaya) y
cítricos, que nos muestran el desarrollo actual de la agricultura de
exportación, con su infraestructura propia (almacenes, pozos, sistemas
de riego, etc.); todo ello, fruto de un gran esfuerzo humano durante
generaciones, cuyas muestras observamos a lo largo del barranco hasta la
Playa de Veneguera. También encontraremos huellas de explotaciones
agrarias comerciales (plátanos y tomates) en fincas que se mantienen
vigentes.
Cruzamos el núcleo rural de las Casas de Veneguera, para iniciar el
camino de ascenso en dirección a Mogán, primero entre casas y fincas (la
Huerta Vieja) y luego por un barranquillo (Hoya de la Salvia) lleno de
palmeras, acebuches, tarajales, juncos, cañas y salvia morisca. El tramo
empedrado del Lomo de Las Tosquillas nos indica el uso del camino, en
otros tiempos, como paso de bestias de carga, siendo entonces un camino
de herradura. Llegamos a la Cruz de Mogán que es un área de descanso y
de encuentro entre los habitantes de Veneguera y Mogán, en particular
durante la Fiesta de San Antonio el Chico, cuando se enrama y enciende
la Cruz. Además, esta pequeña degollada nos permite mirar hacia ambos
núcleos. Hacia Veneguera, podemos ver ahora todo el camino recorrido y
una visión de conjunto de la cabecera del valle y su forma curiosa en
L, con un giro de 90 al NW, causado por la presencia del Macizo de
Inagua-Ojeda-Pajonales, que le impide excavar totalmente en línea recta,
aunque consigue morder el macizo. Así, antes de discurrir paralelo a
los barrancos de Mogán al E y de los Secos al W después de las casas de
Veneguera, su cabecera queda dividida en dos partes: una ramal que se
adentra hasta Alsándara y otro, separado del anterior por el espigón que
parte de la Mtña. de Ojeda (el Alto de las Tederas), que comienza en la
degollada de Tasarte.
Hacia Mogán, vemos todo el valle con sus grandes paredones, desde
Albarianes y Pie de la Cuesta hasta el Cercado, salpicado de fincas en
su cauce y en primer término el casco de Mogán; adonde llegaremos
finalmente, descendiendo el Lomo de la Quinta entre romeros marinos,
tabaibas, verodes, balos, salvia morisca y aulagas principalmente.
También podremos ver las antiguas eras donde se trillaba el trigo.